Cómo ahorrar energía gracias a la domótica
Cada vez más la tecnología se integra en los hogares para aportar confort y seguridad a sus habitantes. Controlar todos los elementos de tu vivienda de forma remota no solo es extremadamente cómodo, sino que además nos puede ayudar a ahorrar energía y, por tanto, dinero.
La domótica es útil para controlar muchos elementos de una casa que permiten ahorrar agua, luz o gas porque podemos programar los aparatos para que funcionen solo durante el tiempo necesario.
Qué es la domótica
La domótica hace referencia a los sistemas que automatizan una vivienda o edificación, aportando servicios de gestión energética, seguridad, bienestar y comunicación y que se integran gracias a redes interiores y exteriores de comunicación, ya sean cableadas o inalámbricas y que se pueden controlar, de forma remota, con un smartphone, tablet u ordenador con conexión a Internet. Con este tipo de instalaciones eléctricas se puede controlar la vivienda desde dentro pero también fuera de ella.
Cómo hacer una instalación domótica en la vivienda
Para convertir nuestro inmueble en un lugar inteligente es necesario tener lo que se conoce como pasarela residencial. Este es el dispositivo que gestiona todas las redes de una vivienda al conectar todas las infraestructuras de telecomunicaciones a Internet. Es necesario que todos los equipos, desde las persianas eléctricas hasta la calefacción, estén conectados a la red para que el usuario los pueda controlar a su antojo.
Cómo ahorrar electricidad
Esta capacidad de control exacto de los aparatos de una vivienda es idónea para ahorrar energía. Con el control domótico de la iluminación o la climatización se puede llegar a gestionar de manera óptima el 70% del consumo energético.
Se puede adaptar el nivel de iluminación en función de la variación de la luz solar o la zona de la casa. Además, cuando no haya nadie en casa, podemos garantizar que las luces estén apagadas o la temperatura de la climatización en modo ahorro para optimizar su uso.
Por otra parte, podemos automatizar el apagado y encendido de luces y cambiar a la detección de presencia o no en cada parte de la vivienda, con lo que el sistema de iluminación solo funcionará en caso de que haya alguien y se apagarán una vez que se haya ido. De la misma forma, se pueden regular la calefacción o la apertura y el cierre de toldos y persianas.
En el caso de los electrodomésticos, se puede programar su funcionamiento en los horarios en los que el precio de la energía es menor y se pueden conectar y desconectar desde fuera del hogar para tenerlo todo listo a nuestra llegada.
Cómo ahorrar combustible
Si del gas se trata, con la domótica también podremos implementar sistemas de control para detectar y avisar en casos de averías como, por ejemplo, una fuga de gas que pueda provocar un corte del suministro y así evitar peligros.
Si nuestro sistema de climatización es de gas en lugar de eléctrico, también se puede regular la temperatura de estos equipos según la hora del día o la cantidad de personas que haya en esa zona de la casa.
Cómo ahorrar agua
No solo luz o gas, también podemos ahorrar agua gracias a los sistemas domóticos con la instalación de grifos inteligentes que gestionen la cantidad de agua que sale y a qué temperatura.
Al igual que con el gas, también se puede programar un sistema de control que detecte si se ha producido alguna fuga de agua para dar una señal de aviso y cortar el suministro antes de que se produzca una inundación en la vivienda.
Si somos unos fanáticos de las plantas, también ellas se beneficiarán de este tipo de instalaciones porque se puede colocar un sensor de humedad y lluvia que de forma autónoma solo riegue las plantas cuando sea necesario.
Otras ventajas de la domótica frente a una instalación convencional
Además del ahorro energético y monetario ya explicado, la domótica presenta otras ventajas frente a los sistemas más clásicos. En primer lugar, la seguridad, porque esa capacidad de detectar fugas de agua o gas incluso incendios o intrusos nos puede salvar de muchos riesgos comunes. Es más, podremos controlar la casa desde cualquier lugar gracias a la instalación de cámaras de seguridad.
Un hogar inteligente también se puede convertir en un canal de comunicación en nuestra casa porque con comandos de voz podremos interactuar con personas dentro y fuera del hogar a través de mensajes de texto, correos electrónicas o llamadas de voz. Con todo esto, es evidente que una instalación domótica aporta comodidad, bienestar y tranquilidad a cualquier hogar.